Hay veces en que un equipo gana y a ojos del aficionado neutral va muy bien en la Liga o en alguna otra competición y sin embargo los aficionados de su propio club ven al entrenador como un lastre. Situaciones como la de Manzano en su última etapa en Mallorca o la de Benítez en Valencia son ejemplos de lo que quiero decir.
Pero no quería hablar del pasado, sino del presente. Y en las últimas temporadas hay un claro exponente en el Athletic. Joaquín Caparrós, o Jokin Caparrós como se le bautizó en San Mamés después de llevar al equipo a la final de Copa de hace un par de temporadas.
El Athletic va sexto, en plena lucha por entrar en Europa League, aunque un poco lejos de puestos Champions, luchando con Espanyol, Sevilla, Mallorca, Getafe, Atleti por la gloria europea y aún así no creo que estén muy contentos por Bilbao.
Sí, el Athletic siempre se ha considerado un equipo más peleón que técnico pero no creo que una cosa esté reñida con la otra. Los vascos se dedican ahora al patapúm p'arriba clementista y que Llorente resuelva. Y tienen suerte, porque Llorente resuelve. Es un jugadorazo. Controla, baja, espera a que lleguen sus compañeros o se gira y resuelve de jugada personal. En fin, un delantero centro muy importante. ¿Y después? ¿y si no está él? Nada, no hay nada más que Toquero corriendo de un lado para otro, dejándose la piel y un chaval de 17 años llamado Muniain.
¿De verdad el Athletic no tiene nada más? Yo creo que sí, que hay calidad, y mucha en el centro del campo y en la delantera. ¿De verdad Iraola, Susaeta, Gabilondo, Orbaiz, Javi Martínez, David López, Llorente, Muniain... no son capaces de jugar a algo más?
Nunca se sabe, igual sin Caparrós el Athletic estaría luchando por evitar el descenso pero yo creo que con otra actitud en el campo un estilo de juego diferente es posible contando como cuentan los bilbaínos con unos jugadores de calidad más que suficiente.
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