Pocas veces un equipo que por problemas clasificatorios haya tenido hasta tres entrenadores distintos en una misma temporada se ha salvado al final. El Espanyol es uno de esos equipos acostumbrados a salvaciones in extremis y remontadas espectaculares pero parece que esta vez no le vale. Ni Mané ni Pochettino parecen haber sido los rebulsivos que el club esperaba tras un mal inicio y una mala continuación en la Liga.
Bien es cierto que ni Tamudo ni De la Peña han estado gran parte de la temporada y eso el equipo lo ha notado pero también es cierto que, aún así, no creo que el Espanyol fuera, ni mucho menos, la peor plantilla de Primera como muestra en estos momentos la clasificación.
Todavía quedan diez jornadas y mientras hay vida hay esperanza pero la diferencia de ocho puntos en estos momentos viendo la dinámica del equipo parece insalvable en tan solo diez partidos. Y lo peor de todo es que esto coincide con el estreno del ansiado nuevo campo en Cornellà. Una pena que el equipo probablemente tenga que estrenarlo en Segunda.
Bien es cierto que ni Tamudo ni De la Peña han estado gran parte de la temporada y eso el equipo lo ha notado pero también es cierto que, aún así, no creo que el Espanyol fuera, ni mucho menos, la peor plantilla de Primera como muestra en estos momentos la clasificación.
Todavía quedan diez jornadas y mientras hay vida hay esperanza pero la diferencia de ocho puntos en estos momentos viendo la dinámica del equipo parece insalvable en tan solo diez partidos. Y lo peor de todo es que esto coincide con el estreno del ansiado nuevo campo en Cornellà. Una pena que el equipo probablemente tenga que estrenarlo en Segunda.
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