El marcador señala, aproximadamente, el minuto 20 del encuentro entre la Real Sociedad y el Real Madrid. Cristiano Ronaldo, estrella de las galaxias, ataca por la banda y enfrete tiene a De La Bella, un chico del que apenas había oído hablar hasta hace unos días. Pero, sin que el portugués sepa cómo, ese donnadie le roba la cartera limpiamente y se arranca por la banda con el balón, dando pie a una nueva jugada de ataque del conjunto local.
C.R. no entiende nada. Se queda inmóvil en el campo unos segundos. Tarda en reaccionar y entonces, lo ve claro. Se acerca por detrás a De La Bella, que ya no tiene el balón. Aprovechando que las miradas están atentas al esférico, Cristiano Ronaldo le pega un ‘correctivo’ empujón a De La Bella: “Así aprenderá a no quitarme más el balón”, parece pensar.
El partido avanza y C.R. sigue sin sacar petróleo. La prensa no para de recordarle día sí día también que no marca goles y en una de estas Di María osa a marcar un auténtico golazo. “¿Y éste de qué va?”, pasa por su cabeza. A partir de ese momento, el portugués tiene una clara misión: lanzar desde donde sea a portería, en el mismo momento en el que se haga con el balón. Él es la estrella, él tiene que ser el protagonista.
Como quiera que la cosa no le sale bien, el portugués se gana las burlas del público: ‘tonto, tonto’ le gritan desde las gradas de Anoeta cada vez que manda el balón a las nubes. Entonces, con el 1-1 en el marcador, llega una falta. “Esta es la mía”. Coge carrerilla, dispara y el balón se empotra en Pepe, con tan mala suerte que entra para dentro. “Mierda”. C.R. se da la vuelta indignado y se va. El Madrid se adelanta de nuevo en el marcador, pero él no es el Madrid, él es Cristiano Ronaldo, equipo independiente. Por eso, no celebra el gol. Es una mala noticia no haber marcado.
Ofuscado, sigue intentándolo. Uno de esos que van de blanco-y-azul y hace unos meses estaban en segunda le quita la pelotita. Otra vez. “¿Estos no saben quién soy yo?”. Con cara de loco, atacado, echa a correr hasta alcanzarlo. Esta vez la víctima todavía lleva la pelotita. Patada por detrás y al suelo. “Con el escudo que llevo en el pecho puesto el árbitro no me va a toser”, piensa tranquilo. Y así él, al menos, se ha desahogado.
Mourinho decía hace unos días que tiene miedo de que a su estrellita le den “otra hostia” y le lesionen. Que a este tipo de jugadores tan buenos, hay que protegerlos, añade. Y yo me pregunto: Y a los demás, ¿quién les protege de Cristiano Ronaldo? Y sigo asombrada cada vez que alguien duda entre Messi y C.R. No hay color.
3 comentarios:
Siempre ha sido un jugador egoísta pero desde que está en esta mala(?) racha de tres partidos(!) sin marcar está insufrible. Supongo que el fracaso en la selección portuguesa también le afecta... pero la verdad es que es horrible como juega solo, como no tiene compañeros tiene máquinas que le dan balones para que él marque o algo así.
Como este año no ganen nada me parece que se va a hacer insoportable el Madrid para Cristiano y Cristiano para los madridistas...
Por cierto, igual Tamudo sigue de titular en diciembre :P
Ya, menuda racha que lleva... dos partidos titular, dos goles.
C.R.7. es un insoportable compañero. Es alucinante la cara que pone ayer en el gol de Pepe. Y ojo, que a Pepe le podría haber dado una 'neura' de las suyas y atizarle, jejejeje. ¿Te imaginas?
Hubiese sido la bomba, Pepe dandole patadas a CR7 en el suelo.
Pelea de lusos, se podria apostar?
Hola Robert, hola Iria
Publicar un comentario