Ayer Asturias completa, desde el primero al último aficionado al fútbol tuvo motivos de alegría. La sidra corrió en cada una de las calles del Principado. Y es que a la salvación del Sporting en la última jornada hay que sumar el ascenso del Oviedo a Segunda B.
El Oviedo lleva muchos años de travesía en el desierto. La mala gestión de su directiva le llevó al infierno de 2ªB y 3ª al acumular despropósitos tanto deportivos como en los despachos. Además se le sumó la total falta de apoyo por parte del Ayuntamiento de la capital de Asturias que decidió apoyar al Astur y retirar toda la ayuda al clásico de Primera. Así, sin medios económicos pero con una masa social todavía gigante para un equipo de Tercera consiguieron los oviedistas ascender hace dos temporadas a Segunda B. Quizás se volvieron a caer en los mismos errores y se fichó a un "galáctico" de los banquillos como el Lobo Carrasco para dirigir la andanza del equipo asturiano en la división de bronce de nuestro fútbol. Fracaso total y nuevo descenso a Tercera.
Ayer el Oviedo confirmó su retorno, una sola temporada en el infra-infierno para un equipo que por Historia debería jugar, como mínimo, en Segunda.
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