viernes, 11 de marzo de 2011

Sin dinero para jugar

No todo en el fútbol son euros y más euros de acá para allá. O igual sí, pero desde hace algunos meses varios equipos no tienen de esos euros que han de circular.

El caso más flagrante es el del Rayo Vallecano, líder de Segunda División (o Liga Adelante), que se ha visto arrastrado por los problemas económicos del ladrón del dueño del club. Nueva Rumasa anda con suspensión de pagos y, por supuesto, el Rayo no es una excepción. Los jugadores hace tiempo que no cobran y los empleados mucho más. En el último partido del Rayo C el árbitro hizo constar en el acta que no le pudieron pagar "por falta de dinero". Y en esas están, los trabajadores de los equipos inferiores empiezan a abandonar el club, se ha reducido el número de entrenamientos, los jugadores van a los partidos en su coche porque la empresa de autobuses que les llevaba se ha hartado de hacerlo después de un año sin cobrar. La luz y el agua se deben desde hace meses... La afición está intentando salvar al club reuniendo dinero para pagar a los empleados y pagar facturas, para que al menos el club pueda seguir manteniéndose en pie y los jugadores de la primera plantilla han renunciado a su sueldo mientras esperan que se salden las deudas con el resto de empleados que, por supuesto, necesitan más su salario que los futbolistas. Y aún así líderes. Chapeau.

Otros dos casos ocurren en Segunda B. El Jaén, que se salvó en verano de desaparecer, está ahora en quiebra y ha optado por el concurso de acreedores. Además ahora le han multado con 3000€ porque lleva 6 partidos sin entrenador oficial (el que ejerce ahora, Manolo Herrero, ex-jugador, no tiene licencia para hacerlo) Cuatro jugadores se han marchado ya y el resto llevan 5 meses sin cobrar. Y en Benidorm llevan 4 meses también sin ver un duro y los jugadores han decidido hacer una huelga a partir de finales de este mes.

No sé si esto es autoajuste por los despilfarros de estos años o es un reflejo de unas desigualdades cada vez mayores en este mundo pero algo hay que hacer.

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