Carles Puyol cumple en menos de un mes y medio 35 años. Xavi Hernández ha cumplido hace apenas un mes y medio 33. Son los capitanes del Barça. Los líderes en el vestuario y en el campo. Sin embargo estos últimos partidos contra Milan y Madrid han puesto sobre la mesa algunas dudas sobre el rendimiento de ambos.
Xavi ya no es el absoluto dominador del partido que fue durante toda la temporada 2010-2011. Y el equipo lo nota. La bola no circula a la velocidad que lo hizo antaño cuando pasa por sus pies y parece que esa claridad en los pases que tenía no aparece tan a menudo. De hecho el Barça ha ido mutando poco a poco, desde la llegada de Vilanova a un juego mucho más vertical y directo en que el balón y el juego no dependen tanto de lo que haga el egarense con ellos. A cambio ha ganado en llegada y presencia en ataque entrando desde segunda linea.
A raíz de este cambio en el juego y de la llegada de Jordi Alba Puyol tampoco domina la parcela defensiva como antes. Sigue siendo el central corrector para el que la velocidad y la colocación son claves pero ahora es su banda la que queda descubierta cuando Jordi Alba sube la banda y el equipo pierde el balón. A esto hay que sumarle que el equipo ya no presiona junto como antes. Lo vimos contra el Madrid donde Busquets estaba muy solo en un inmenso océano en el centro del campo. Hasta ahora la labor de Sergio era suficiente para robar rápido o, en todo caso, cubrir los huecos en banda derecha que deja Dani Alves. Pero este año las dos bandas son igual de profundas, tanto Jordi como Dani pasan mucho tiempo en campo contrario y el de Badia no da para todo. Y esto repercute en el trabajo de Piqué y Puyol, sobre todo en el del capitán que, se supone, está para corregir y rectificar, para ser el último baluarte del equipo. Puyol no está tan rápido como antes y no tiene tanta cintura por lo que le cogen la espalda más a menudo que hace unos años cuando a su pundonor y entrega eran completados por una buena velocidad y una más que correcta capacidad de reacción.
Son, los dos, jugadores veteranos a los que este cambio paulatino de estilo en el juego del equipo no les ha beneficiado. No están como estaban, lógicamente, y necesitan que todos jueguen mucho más juntos, con más posesión, sin tanta sorpresas. El intercambio de golpes que plantea Tito no les favorece en absoluto. Y si encima ya ni siquiera se dan golpes, solo se reciben, quedan muy retratados.
¿Es hora de jubilar a Xavi y Puyol? La respuesta es un rotundo no. En absoluto. Hay infinidad de partidos en los que han de dar mucho al club todavía pero sí está claro que hay que ir pensando en que el Barça necesita un relevo de garantías. Ahora está claro no lo tenemos. Mascherano no está mentalmente preparado este año. Desde que fallara contra el Madrid no se ha recuperado y, desgraciadamente, no creo que se pueda todavía confiar en él para un partido trascendente como la vuelta contra el Milan. ¿Bartra? ¿Muniesa? Demasiado verdes todavía aunque parece que Bartra no tardará mucho, esperemos que en los últimos partidos de la Liga ya aparezca a menudo, en consolidarse en el eje de la defensa azulgrana. Parecido ocurre con Thiago, el canterano está terminando su fase de adaptación al primer equipo. Ya cuenta de bastantes minutos y, aunque, todavía tiene algunas lagunas como algunas pérdidas de balón "infantiles", cada vez está más asentado en el equipo. Aún así creo que no está todavía al nivel de Xavi, ni siquiera de este mermado Xavi. Así pues la solución se presenta complicada para Tito y Roura, pero bueno, para eso les pagan, ¿no?
¿Y Cesc? Pues Cesc no es Xavi ni puede serlo. Y tampoco lo pretende. Cesc es otro tipo de jugador, mucho más llegador, mucho más cómodo en el relativo descontrol hacia el que le Barça ha mutado cuando le han dejado. Pero en cuanto un equipo de categoría se cierra y lo hace bien Cesc desaparece. Yo sigo confiando en que supere esto y se convierta en el Barça en el jugador clave que fue en el Arsenal.
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