Ayer ganó la Europa League el Atlético de Madrid. Y lo hizo gracias, en gran parte, a su estrella: Radamel Falcao. Lo hizo también porque, probablemente por los nervios, el Athletic nunca estuvo cómodo. Quizás con un poco más de suerte en forma de gol vasco, incluso con el 2-0, hubiera tranquilizado a los leones. Pero la verdad es que no ocurrió. Lo que pasó fue que el Atleti estuvo muy bien plantado en defensa y que tienen a Falcao y a Diego. El colombiano marcó dos auténticos golazos prácticamente de la nada, sobre todo el primero. Dos llegadas, dos goles. El Tigre hizo que pronto se desvanecieran las opciones del Athletic. Al final el brasileño culminó una contra con otro golazo ante un muy flojo Amorebieta.
Segunda Europa League (o copa UEFA) en dos años para el Atleti. Eso sí, al más puro estilo colchonero. Solo Antonio López y Perea han ganado las dos. Y en esta última no participaron ni un minuto en la final. El Atleti, se convierte (o sigue siendo) por méritos propios en uno de los grandes de Europa en esta segunda década del siglo XXI. Ojalá este equipo tenga la continuidad necesaria para mejorar en el campeonato doméstico y ser una alternativa, ya no a Madrid y Barça, si no al Valencia.
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