A veces el fútbol es justo

Se lo debía el fútbol a Terry desde que se resbaló en Moscú justo antes de lanzar aquel penalti. Se lo debía el fútbol al Chelsea después de estar tan cerca durante tantos años. Ya no estaban todos los que empezaron pero sí los más representativos: Cech, Terry, Lampard y Drogba. Un hombre por línea. Jugadores por encima de los 30 que lo habían intentado todo para ganar la Champions. Al fin lo consiguieron.

Di Matteo les convenció, o ellos convencieron al técnico. La liga estaba perdida pero la Champions era para ellos. Estaba complicadísimo, habían perdido 3-1 contra el Nápoles en la ida de los cuartos de final. Pero se puso al frente del equipo el italiano y puso al frente del equipo a la vieja guardia. Los necesitaba para ganar. Y lo hicieron. Remontaron la eliminatoria de forma agónica en la prórroga. Luego llegaba el Barça. Probablemente el mejor Barça de todos los tiempos. Probablemente el mejor equipo de todos los tiempos. Y ganaron pasaron. Ganaron los dos partidos No perdieron ninguno de los dos partidos. Tal vez no fueron los más vistosos pero fueron los más efectivos y en el fútbol lo que cuenta son los goles, no las ocasiones. Eliminaron al Barça de Messi, al Barça de Guardiola.

La final contra el Bayern en Munich. Peor escenario casi imposible. Y lo volvieron a hacer. Se repusieron al gol de Müller en el minuto 83. Igualó Drogba, quien si no, en el 88 y forzaron la prórroga y los penaltis. Parada de Cech a penalti lanzado de Robben incluído. Y ahí esta vez no fallaron. Cech adivinó la dirección de todos los lanzamientos, paró el de Olic y acertó a despejar el último Schwensteiger lanzó al palo el último. Sus compañeros no fallaron y Drogba marcó el lanzamiento definitivo.

Enhorabuena al Chelsea. Ganador de la Champions League 2011-2012.