¿y?

Si no fuera porque Laporta mezcló su pesado discurso nacionalista con la crítica a los partidos amistosos de las distintas selecciones, hoy diría que tiene razón. Muchisímos equipos han perdido para la próxima jornada de liga a jugadores importantes por culpa de lesiones, cansancio y comportamientos ajenos al fútbol: Sneijder, Villa, Heinze, Ronaldinho, Robinho, etcétera.
Pero no es eso de lo que quiero hablar si no de los comportamientos extradeportivos de algunos jugadores. Brasil esta semana le endosó en el mítico Maracaná un 5 a 0 a Ecuador, jugando bien, deleitando al público presente con eso que se hace llamar jogo bonito y con un regate de Robinho de esos antológicos que saldrán en todos los popurris futboleros que pueblan las distintas páginas de videos en internet. Sin duda una maravilla. ¿Y cómo podrían celebrar esta vuelta al buen juego de la Canarinha y el increíble regate de Robinho? Pues cerrando una discoteca de Río, con alcohol, música y mujeres. Así es como lo hicieron algunos jugadores cariocas, entre ellos los conocidos Robinho, Ronaldinho y Baptista, jugadores que este fin de semana no han entrado en la convocatoria de los clubs que les hacen millonarios para poder montar esa fiesta y poder cerrar una disctoteca por la cara.

Se cuentan muchas cosas de esa noche loca: los cuarenta condones que Robinho le pidió a un seguridad para acabar la noche como Dios manda; la salida de Ronaldinho encerrado en el maletero de un coche a las once de la mañana..detalles que dejan entre ver que la farra discotequera fue antológica.
Lo que más me gustó de todo, que viniendo de mí no se podía esperar otra cosa, es la reacción de la prensa deportiva. En el sport de ayer no se mencionaba nada de la fiesta carioca y se justificaba la no convocatoria de Ronaldinho al partido de esta noche frente al Villareal con un titular que saca colores y sonrisas: "Rijkaard convece a Ronaldinho para que descanse y se reserva para el partido de la champions". No se lo cree ni Rijkaard, ni Ronaldinho, ni la madre del jugador, ni el inventor de las natillas de vainilla. Y mucho menos el aficionado.
En el marca hablaban de la fiesta claramente, decían las causas por las cuales los jugadores no entraban en la convocatoria y añadían que a Schuster no le hizo ni puñetera gracia. Esta vez y sin que sirva de precedente, el periódico sensacionalista y embustero de las portadas de vergüenza ajena, ha sido más rigurosamente claro que cualquier otro. Pero lo que más gracia me hizo de todo es que decían que Robinho sufriría por parte del cuerpo técnico del Madrid una reprimenda, pidiendo justificaciones al delantero brasileño y una multa, por un precio que todavía se desconoce, por falta de disciplina.

Joder, me encanta que multen a los jugadores económicamente, lo veo una solución perfecta, así seguro que la próxima vez piensan dos veces antes de pasarse las reglas de conducta por el forro y se vuelven más disciplinados.
Ironías aparte, cuando leí lo de la multa me vino a la cabeza esta viñeta del gran Forges: