Ya tenemos campeón de la Copa del Rey. Fue el Valencia de Koeman que venció al Getafe de Laudrup. Lo hizo a lo grande, 3-1, sin pasar demasiados apuros.
El Getafe se encontró a los 10 minutos con un 2-0 en contra (Mata y Alexis) y ya no pudo recuperarse. Desparecidos Casquero y De la Red, sólo Granero fue capaz de liderar la reacción de los madrileños que a pesar de todo fue insuficiente. Un penalti transformado por él mismo al filo del descanso situaba el 2-1 momentáneo y hacía concebir esperanzas a la parroquia azulona.
Pero no pudo ser, Hildebrand apenas tuvo trabajo aunque Granero con un lanzamiento al larguero y Braulio con un cabezazo a la cepa del palo que el alemán pudo desviar a córner pusieron a prueba su concentración. En el minuto 83 una falta lejana que Baraja lanzó fuerte y al centro (gracias a la insuficiente barrera a pesar de los gritos de Ustari pidiendo un hombre más) no pudo despejarla el portero getafista y la dejó para que Morientes, atento al rechace como los grandes delanteros, cabeceara el balón a la red, 3-1 definitivo y el Valencia se hace con su séptima Copa del Rey, deshaciendo el empate con el Zaragoza en número de títulos y colocándose en quinta posición en el palmarés (Barça, Athletic, Madrid y Atleti le preceden).
Pero ni por esas Koeman está salvado. La afición sigue pidiendo, pese al título, su destitución y ya se rumorea que Marcelino estará en el banquillo ché el año que viene. Lo que no se sabe todavía es si el holandés aguantará más allá del partido de este fin de semana ante el Athletic. Da la sensación de que los jugadores le están haciendo la cama y que sólo las grandes beneficiados con su llegada (Mata, Arizmendi, Hildebrand...) le apoyan tímidamente. Las horas de Koeman al frente del Valencia están contadas.
El Getafe se encontró a los 10 minutos con un 2-0 en contra (Mata y Alexis) y ya no pudo recuperarse. Desparecidos Casquero y De la Red, sólo Granero fue capaz de liderar la reacción de los madrileños que a pesar de todo fue insuficiente. Un penalti transformado por él mismo al filo del descanso situaba el 2-1 momentáneo y hacía concebir esperanzas a la parroquia azulona.
Pero no pudo ser, Hildebrand apenas tuvo trabajo aunque Granero con un lanzamiento al larguero y Braulio con un cabezazo a la cepa del palo que el alemán pudo desviar a córner pusieron a prueba su concentración. En el minuto 83 una falta lejana que Baraja lanzó fuerte y al centro (gracias a la insuficiente barrera a pesar de los gritos de Ustari pidiendo un hombre más) no pudo despejarla el portero getafista y la dejó para que Morientes, atento al rechace como los grandes delanteros, cabeceara el balón a la red, 3-1 definitivo y el Valencia se hace con su séptima Copa del Rey, deshaciendo el empate con el Zaragoza en número de títulos y colocándose en quinta posición en el palmarés (Barça, Athletic, Madrid y Atleti le preceden).
Pero ni por esas Koeman está salvado. La afición sigue pidiendo, pese al título, su destitución y ya se rumorea que Marcelino estará en el banquillo ché el año que viene. Lo que no se sabe todavía es si el holandés aguantará más allá del partido de este fin de semana ante el Athletic. Da la sensación de que los jugadores le están haciendo la cama y que sólo las grandes beneficiados con su llegada (Mata, Arizmendi, Hildebrand...) le apoyan tímidamente. Las horas de Koeman al frente del Valencia están contadas.
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