viernes, 25 de julio de 2008

Messi y los JJOO

La temporada pasada fue nefasta para el proyecto deportivo del club azulgrana. Los cerca de veintidós jugadores que completaban la plantilla 2007-2008 del FC Barcelona, terminaron contra todo pronóstico en tercera posición de la liga profesional de fútbol a una notable distancia del segundo clasificado. Eso suponía la obligación de jugar la previa de la liga de campeones a mediados de este verano.

Aquí aparece el embrollo. Messi quiere ir a las olimpiadas a las cuales ha sido citado por la AFA y todo parece apuntar que el club no va a poder disponer de sus servicios para la propiamente dicha ronda clasificatoria europea.

La bola de nieve cae imparable desde los riscos montañosos más altos creciendo su volumen cada vez más considerablemente. Ya se sabe que a más peso mayor es la fuerza con la que se precipita hacia recónditos valles.

Se dice que existe una ley por la cual los clubs de fútbol están obligados a ceder a sus futbolistas menores de 23 años a sus selecciones nacionales para que disputen los juegos olímpicos. Por ello mismo –de existir- y en este mismo caso, el Barcelona debería liberar incondicionalmente al argentino.

Se está hablando muchísimo por parte de los medios, de las aficiones y organismos. Algunos se postulan a favor de los clubs y otros, como la FIFA, a favor de los combinados nacionales. Finalmente, parece ser, el martes se sabrá si Leo disputa o no los juegos.

Mientras tanto, el jugador sufre. Está tenso, a grandes dosis de nerviosismo y destellos de rebeldía en el momento que más se le necesita. Nuestro pequeño Lionel aun no ha madurado y de tanto mimar se ha subido a las barbas. Ya se sabe lo que dicen, la confianza da asco.

El club apostó por él, le ayudó de las diversas maneras que todos conocemos. Ningún club argentino ni la propia AFA tendió su mano por un joven con una serie de problemas físicos que podían empañar su vislumbrante próspero futuro futbolístico.

Al jugador siempre se le ha llenado la boca al hablar del Barcelona. Se ha mostrado agradecido y ha declarado su amor eterno a la entidad que ha impulsado su carrera. Ahora es el momento de convertir esas palabras en hechos. ¡Qué fácil elogiar y prometer!. ¡¡Queremos hechos!!.

Messi formaba parte de aquella plantilla que se sumió al desastre y ahora debe jugar la dichosa previa. Era uno más, una de las piezas de ese fracaso, uno de los responsables empezando por Valdés y terminando por Frank. Quién catea la última evaluación… a estudiar todo el verano y a presentarse en septiembre. Así son las cosas. El fútbol es un deporte de equipo, ganan todos y pierden todos.

Ahora hay que apechugar en competición oficial, se juegan media temporada en dos partidos y hay que ser consecuente con los errores del pasado. Parece que el joven Messi no lo tiene tan claro.

El Barcelona no depende de un jugador, eso está claro, pero es una pieza más de la maquinaria que no puede permitirse el lujo de cerrar otra temporada en blanco. Copa América, Mundial… ¿Cuánto hace que Messi no prepara una pretemporada como Dios manda?. Los expertos han manifestado de la importancia para el argentino de trabajar laboriosamente y especialmente en ese periodo de temporada para no caer en el lastre de lesiones que tanto han castigado a Leo en las dos últimas temporadas. ¿Qué pasará si vuelve lesionado de los JJOO por 1,2,3,4,5 o 6 meses?¿quién ejercerá de piedra angular del proyecto de Pep? ¿Quién pagará la millonada que supone esa adversidad?.

El FC Barcelona recibe por diferentes frentes criticado por su postura en el asunto. Lo que sí es cierto es que, la cúpula azulgrana, lucha a capa y espada por algo que demás clubes no tienen bemoles de salir a la palestra a levantar la voz de la indignación.

Parece claro el desenlace del conflicto, Argentina tiene las de ganar y mientras la voluntad del jugador esté tan valorada será difícil cambiar la política establecida en el mundo del fútbol. Un mundo de malcriados y vividores.

Yo mismo, de ser el jugador, sentiría frustración, impotencia y tristeza por no asistir a un torneo tan bonito como bien puede ser unos juegos olímpicos pero hay que aprender a madurar y ver las cosas desde ambas perspectivas. Como bien dijo un filósofo camerunés “no hay que escupir en el plato del que te da de comer”.

A los muchos detractores que saldrán al paso de este post decirles que, soy el primero que adoro, admiro, idolatro y disfruto con Leo Messi. Esas tardes/noches de gloria y entrega en el campo no tienen precio y espero que por muchos años. Pero, siendo objetivo, una cosa no quita la otra, no ocultemos los deberes y obligaciones de los que tanto dinero cobran.

Por mi parte, voy a seguir trabajando mis 40 horas semanales sujeto a los continuos vaivenes de mis superiores. Un abrazo.

P.D: Parece muy apropiado que Maradona dé consejos personales a demás futbolistas ¿verdad?.

Fotografía: EFE (El mundo) y Manel Montilla (MD).

1 comentario:

Robert dijo...

Entiendo cada una de las razones que das para que Messi se quede en el Barça pero aún así considero que debería dejársele ir a los JJOO. Él es responsable, junto al resto del equipo, de que el Barça juegue la previa de la Champions, pero no es el único y va a ser el único "castigado". Además, estoy seguro que si España participara no se pondrían tantos impedimentos para que fuera Bojan, por ejemplo.

Messi todavía no ha dicho una palabra más alta que otra. Su comportamiento es ejemplar, algún otro ya habría clamado al cielo porque no le dejan ir. Está en la pretemporada y lo está dando todo por el Barça (como ha hecho siempre). ¿No sería justo concederle lo que desea pero que ni siquiera ha pedido en público? ¿No es mejor tener a un jugador a gusto y contento que no enfadado y triste?

No sé, yo soy de los que creo que Messi debería ir, es una oportunidad única en la vida y creo que no se le debería castigar de esa manera. De todas formas, entiendo la postura del club que defiende sus intereses. Pero quiero creer que en esto del fútbol todavía queda un poco de "corazón" y que una previa de la Champions ante un equipo eslovaco o letón no es suficiente para joderle los sueños a Messi (o a cualquier otro).