El entrenador galés de la Real Sociedad dimitió ayer por la tarde. Lo hizo por discrepancias irreconciliables con Badiola.
Salva Iriarte era el máximo valedor de Coleman, él lo trajo y puso a su disposición la actual plantilla para que la gestionara con total libertad y se encargara de hacer, con jóvenes de la cantera en su mayoría un equipo competitivo. Tras un comienzo dubitativo el equipo parecía haber encontrado su ritmo, sin desplegar un juego soberbio iba ganando partidos y en esta última jornada se situó a un solo punto de los puestos de ascenso.
Badiola no quería a Coleman, tenía un entrenador de renombre (dicen que Irureta) pero no podía despedirlo puesto que no podía pagarle el finiquito. Y decidió que dimitiera. Trajo fichajes que no pedía el entrenador, aún así el técnico estaba dispuesto a seguir. Fallo en el primer intento. Pero el segundo ha sido el definitivo, despedir a Salva Iriarte, un finiquito que cuesta mucho menos que el del entrenador. Coleman se ha visto solo, además, se ha filtrado a la prensa que la cesión de Mérida, conforme más partidos juegue el chaval, más barata le sale al equipo (o a la empresa de Badiola) con lo que parece que había injerencias de la presidencia en las labores deportivas. Y por ahí Coleman no ha pasado, sin apoyos y con el presidente metiendo las narices en las alineaciones ha decidido irse.
Pero no llega Irureta, llega Juan Carlos Oliva, actual entrenador del Villarreal B. Si es cierto que tienen a Irureta entiendo que no quiera quemarse llegando al equipo a mitad de temporada, con unos jugadores que estan muy unidos al anterior entrenador y una situación, cuanto menos, rara. Oliva se hará cargo del equipo al menos hasta final de temporada. Cuenta además de con la plantilla inicial, con Mérida y Martí, ambos cedidos, y se espera la llegada de un extremo izquierdo y de un delantero centro que podría ser Zigic. Equipo hay para subir, esperemos que lo consigan.
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