miércoles, 30 de enero de 2008

¿Y eso es noticia?



Ayer saltó la noticia de que Raúl, el capitán y líder del Real Madrid, iba a renovar con el conjunto merengue con un contrato vitalicio que le atara al club que le hizo grande hasta el final de su carrera. No me sorprendió la noticia, más bien me sorprendió la sorpresa de muchos frente a esta noticia. El telediario de JJ Santos en Telecinco abría su bloque de noticias con la que ellos titulaban como la noticia del día - siendo un lunes tampoco es muy complicado, ni champions ni liga, ni mucha cosa que contar - sus compañeros de Antena 3 idéntico despliegue en cuanto a la noticia, que para mí, no es noticia sino más bien una obviedad.


Aunque los aficionados al fútbol estemos curado de espantos y nos encontramos en un momento de la historia de este deporte - o espectáculo, como quieran - donde cualquier rumor estúpido se puede convertir en una posibilidad remota pero posible; ver a Raúl González Blanco jugando con otra camiseta que no sea la blanca se antoja como de chiste. Por dos cosas básicas: porque se lo ha ganado con creces y porque la directiva no puede hacer movimientos raros cuando la ficha que dirigen lleva el brazalete del Real Madrid.


Raúl ha demostrado al mundo, a España y a su club la recompensa que hay después de un sacrificio. Muchos de nosotros veíamos hace tres años la muerte prematura de un jugador que ya su explosión fue prematura: tuvo una grave lesión que le apartó un tiempo de los terrenos de juego y que, una vez vuelto, no dejó al jugador ser el mismo. Raúl no goleaba, Raúl corría - como siempre - pero no podía. Lo intentaba pero se le notaba fatigado, sin suerte. Pero Raúl no quería acabar así, ni él ni el fútbol se merecían un desastroso final. Raúl se sacrificó, se puso en manos de los mejores especialistas y llevando acabo su recuperación ya no sólo en el plano deportivo y en sus horas en Valdebebas sino en el plano personal durmiendo en la ya famosa cama de aire puro. Ha tenido su merecida recompensa: vuelve a ser el líder del equipo, vuelve a meter goles y su incansable esfuerzo durante 90 minutos se ve recompensado con un Real Madrid que ha pasado el mismo bache que él pero que vuelve a ser el que la afición merengue quiere, y necesita.
Raúl es de la estirpe de jugadores de club, que cuando celebran los goles besando el escudo lo besan con sincera pasión, porque saben que gracias a ese escudo ha sido y es grande como futbolistas. Desgraciadamente quedan pocos como él, podemos pensar en Puyol en el Barcelona, Tamudo en el Espanyol, y si no fuese por la cruzada de cables de Ronald Koeman, el nombre de Albelda como jugador amante de su club se añadiría a esa clase de jugadores únicos que en nuestra liga se cuentan con los dedos de las manos, y nos sobran.


Por culpa de ese envidiable comportamiento de Raúl con un sacrificio que le hace grande, el Real Madrid y su junta directiva jamás podrían dejar que Raúl vistiera otra camiseta que no fuese la del equipo del Bernabéu - la única posibilidad que veo se llama Koeman -. Rodarían cabezas si por cualquier cosa Ramón Calderon decidiera por alguna razón ilógica que el capitán no siguiera en el club. Además rodaría su cabeza literalmente. El chirriar de la guillotina volvería a sonar en las oficinas de Concha Espina. El señor de las promesas acabaría pidiendo clemencia.


Que Raúl renueve de por vida en el Real Madrid no es noticia, más bien es una recompensa a su esfuerzo y compromiso. La noticia del día sería si el Real Madrid le pegara la patada a Raúl.

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