Lo negativo no es que el Fútbol Club Barcelona empatara en la catedral contra el equipo bilbaíno, lo negativo es cómo lo hizo.
Es la tónica de la mayoría de partidos del Barça: juega decente sin llegar al jogo bonito de un pasado que ya se añora; tiene la pelota con un centro del campo de jugones que hacen que los porcentajes de posesión no bajen del 60 por ciento - Iniesta está tremendo -; en la portería hay un seguro que cada partido va a más; los defensas, juegue quien juegue, no lo hacen mal - incluso Thuram que parecía un jugador apunto para el retiro lleva varios partidos irreconocible positivamente - y arriba, en la delantera, con Messi quitándose defensas de encima cada vez que toca el balón, desahogando el juego del Barça cuando se necesita, con un Henry peleón que quiere pero que no siempre puede, pero con una falta de gol que hace que partidos como el de ayer, que en un pasado bien podría haber sido un 1 a 4, este año se saca un empate agónico que poco ayuda a las aspiraciones de los blaugranas de agarrar al líder. Cuánto mal le ha hecho al Barça la Copa de África. Pero un equipo que quiere aspirar a lograr tantos títulos como pueda, no debe depender de un sólo delantero para que solucione la papeleta en partidos toscos y sin suerte como el de ayer. Y así están: a nueve puntos del líder.
Lo positivo no es que el Real Madrid ganara al Villareal, lo positivo es cómo lo hizo.
Un gran porcentaje de la conquista de la liga pasada por parte del conjunto blanco se debe a su actitud: el equipo pelea, lucha, intimida y es capaz de reponerse a un duro golpe del adversario respondiendo con otro golpe má severo. El equipo tiene reacción, confía en sí mismo, y esa mezcla entre ambición por ganar y facilidad para marcar goles hace que el Real Madrid, tanto de visitante como de local, esté intratable. Los números le avalan: sin ir más lejos ayer entró un balón en la portería de Casillas después de varios meses sin recibir un gol, más concretamente desde que Munitis metiera en el Bernabéu. El trío goleador - Van Nistelroy, Robinho y Raúl - se están hinchando a goles, y en los días que uno tiene la pólvora mojada, detrás está el otro para enchufarla. Ayer le tocó a Robinho, el mejor fichaje de este año que se le pueden atribuir a Schuster y su confianza hacia el delantero brasileño cuando más la necesitaba. Koeman en su lugar, habría apartado a Robinho tras la fiesta de las camisinhas que se destapó desde la prensa brasileira, el alemán no lo hizo, confió en él y el delantero brasileño se lo está agradeciendo. El tiempo dio la razón a Schuster y el Real Madrid tiene al Robinho que llevaba esperando desde el primer día de su llegada a la capital. Si a esto se le suma la segunda juventud de los dos delanteros: Raúl y Van Nistelroy; más el rendimiento mostrado del que hoy por hoy es el mejor portero del mundo, no es de extrañar que el equipo blanco vea muy lejos a sus contrincantes. A 9 puntos, que no son definitivos pero van camino de serlo.
Son muchos los motivos que pueden hacer que por primera vez en la historia un equipo desaproveche una ventaja de nueve puntos: el primero y más importante es que el Real Madrid se deshinche, lo que hoy por hoy parece improbable; si esto fuese así, dos son los nombres que pueden hacer cambiar la falta de gol al equipo blaugrana, goles que le permitirían recortar esos puntos: Eto'o - hasta aquí voy a dejar de ser imparcial: ¡por Dios que eliminen a Camerún de una vez por todas! - y Ronaldinho. Para los que no recuerden a este último, era ese jugador brasileño que llevaba el 10 en el barça y que hace varias temporadas era el mejor jugador del mundo, aunque hoy por hoy su actitud le haya llevado al ostracismo y apartado en el olvido. Aunque para muchos sigue siendo una esperanza.
1 comentario:
No sé si confiar en el regreso de Ronaldinho porque ya lo hemos hecho otras veces y ha seguido defraudando. Habrá que ver, ya le han dado el alta.
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