martes, 29 de enero de 2008

Paciencia, libertad y confianza

Los españoles somos únicos en muchas cosas, pero si hay algo que representa el estilo español es la capacidad de crear héroes y desprestigiar a quien sí se merece dicho prestigio. En el fútbol no podía ser menos: llevamos un par de años arrodillados frente a la exquisitez de la premier league. El ejemplo claro es que dos televisiones importantes de este país, entre ellas la pública, nos bombardean cada fin de semana con partidos de la liga inglesa, de la copa inglesa, incluso, este fin de semana sin ir más lejos, con algún que otro partido de la liga escocesa. Bienvenido sea ese bombardeo, para un futbolero como yo cualquier partido de nível superior a tercera división de cualquier liga europea es recibido con agrado para perder unas horas sentado delante de la televisión. Con esto no quiero decir que la liga inglesa no se merezca el prestigio que tiene, sino que la nuestra tampoco se merece el desprestigio que desde muchas partes se insinúa que tiene. Ni una es tan buena, ni otra es tan mala.

Pero no vengo a comparar. El caso es que gracias a la emigración de muchos futbolistas españoles a equipos como por ejemplo el Liverpool, el Manchester United o el Arsenal, nuestro seguimiento a la liga del país cuna del balompié es mayor al que había hace apenas cinco o seis años. También exportamos dos entrenadores de prestigio en España, pero que no llegaron a ser profetas en su tierra, o por lo menos no tan importantes en sus ex equipos como lo son hoy en Inglaterra. Benítez es una institución en el Liverpool, cualquier rumor sobre su marcha acaba en cabreo monumental de los seguidores de los diablos rojos y genera una manifestación de una afición que carece de lagunas históricas y sabe perfectamente que ese entrenador - el que años antes y después de ganar títulos con el Valencia CF la afición ché se desgañitaba gritando en favor de la marcha del entrenador - les ha aupado a la cumbre europea en varias ocasiones con una champions league y una final de la máxima competición del viejo continente. Añadan otro punto más a la lista de virtudes de la liga inglesa en su mayoría de equipos: paciencia, libertad y confianza para los entrenadores.

Y parece ser que no les va mal, miren a Sir Alex Ferguson o a Arsene Wenger - sobre este último sonaron rumores de que podría ser el sustituto de Frank Rijkaard en el Barcelona, por un lado suena a chiste imaginar que el actual entrenador del Arsenal deje de ser su propio jefe en un club que conoce a la perfección para pasar a ser el entrenador de un club importante pero que por encima tiene a un director como Txiki Beguiristain, persona capaz de fichar a precio de crack a jugadores Gudjohnsen o Maxi López; por otro lado demuestra la poca memoria del entorno y la afición del Barça, recuerden los títulos que ha dado Rijkaard al equipo blaugrana y luego comparen la actitud de la afición barcelonista con la del Liverpool, por ejemplo - dos entrenadores que llevan las riendas de toda la parte deportiva de sus clubs desde hace muchos años, años en los que sus directivas han sabido tener paciencia ante las crisis y que han sabido mantener la cabeza fría cuando las cosas iban de fábula y se acumulaban de faxes con ofertas de compra para los entrenadores. Equipo directivo que ha sabido dar libertad a la hora de fichar a sus entrenadores, porque nadie más que él sabe lo que le hace falta a su propio equipo. La directiva pone el dinero, y el entrenador y su equipo deciden. Así debería ser siempre.
Ahora prueben a imaginar un entrenador, cualquiera que sea su nacionalidad, dirigiendo a un equipo español durante 22 años seguidos como lleva Ferguson en el Manchester United. Imposible.


Me encantaría comprobar en un futuro que entrenadores españoles que se están ganando su prestigio con esfuerzo y sacrificio, como por ejemplo Marcelino, Unai Emeri o Ernesto Valverde, no hayan tenido que emigrar al fútbol extranjero en busca de esa paciencia, libertad y confianza que en España les solemos negar.

2 comentarios:

Robert dijo...

Supongo que es Ernesto Valverde, entrenador del Espanyol y no Alejandro Valverde, ciclista del Caisse d'Epargne :P

Respecto a lo que dices está claro que aquí jamás se conseguirá ese nivle de fidelidad a un entrenador, ni por parte del club ni por parte de los seguidores, Rijkaard lleva 5 años y es el entrenador de primera que más tiempo lleva en un equipo. Y mira como estamos.

De todas formas, aunque es casi imposible ciclos como los de Sir Alex Ferguson o como el de Guy Roux en el Auxerre tampoco creo que en general sean benficiosos, ciclos tan largos. Pocos son los entrenadores que son capaces de reinventarse cada cierto tiempo. Volviendo a Rijkaard, por ejemplo, después de un par de años bastante negativos no ha sido capaz de encontrar una alternativa al juego del Barça. El Manchester a veces juega con 3 delanteros, a veces un 4-4-2... Benítez no encuentra la tecla en la Premier y tampoco es capaz de reinventarse, sigue con su 4-4-2 fijo e inamovible, cambia jugadores pero no táctica.

No sé, menuda parrafada pero vamos, lo que digo, que hay que tener paciencia pero 5 o 6 años han de saber para ver de lo que es capaz un entrenador, no hacen falta 22.

Un saludo

Toni Rajo dijo...

Gracias por lo del nombre de Valverde, Robert, fallo estrepitoso.

Estoy bastante de acuerdo contigo, no es cuestión de darle larga vida al entrenador cuando éste ya ha visto que lo ha dado todo, pero tampoco tiene uno que cortar cabezas a la mínima. Siguiendo con el ejemplo de Rijkaard, recuerda aquel 5 a 0 en el campo del Málaga en sus primeros meses de entrenador. El diario sport y toda esa mandanga del entorno hablaba pestes de Rijkaard. Tuvieron confianza y paciencia y míralo dos años después: campeón de Europa.