La champions como bálsamo.

Lo dijo Raúl ayer en la rueda de prensa que ofreció desde Roma junto a Schuster: "ahora viene lo serio y difícil". No es para menos. Los tres equipos españoles se juegan esta jornada de Champios League medio pasaporte para la siguiente fase en un tiempo de aguas revueltas instaladas desde la ciudad mediterránea de Barcelona, hasta la ciudad hispalense, pasando por la capital. La ventaja que tienen los equipos españoles es que juegan el partido de vueltan en casa, por eso es importante sacar un buen resultado en los partidos de esta jornada.

Chute anímico - Dos batacazos ligueros en tierras andaluzas han bastado para sembrar dudas sobre el equipo de Schuster. Dudas en mi opinión algo exageradas. Hoy el Madrid tiene una buena oportunidad de ahuyentar los fantasmas que algunos escépticos e interesados han visto en aparaciones espectrales por Concha Espina. El rival se lo va a poner difícil: la Roma con su capitán Totti y su fieles escuderos y receptores de pases Mancini y el ex-blaugrana Ludovic Giuly, amenazan la portería de Iker Casillas. El equipo de Schuster tiene una buena ocasión para sacar un buen resultado en el Olímpico de Roma, asegurar la eliminatoria que se decidirá en la vuelta en el Santiago Bernabéu, y también darse un "chute" anímico para afrontar la decisiva segunda vuelta de la Liga con los ánimos necesarios para mantener esa distancia con el Fútbol Club Barcelona, reducida en los últimos tres partidos hasta los actuales cinco puntos.

A consolidar el sueño europeo - Después de dos temporadas que le colocaron por puntos en el mejor equipo del Mundo - hablo de memoria pero creo que lo sigue siendo - el Sevilla va a intentar cerrar el año con algún título ilusionante para su acostumbrada afición. Y qué mejor título que conseguir la Champions en su debut en la máxima competición europea. La misión no es baladí, pero debe curar la herida de un arranque de temporada que escuece. En la liga está en una posición que nadie hubiera creído que estaría viendo la evolución del equipo del ahora técnico Manolo Jimenez las temporadas anteriores: la fatídica muerte de Antonio Puerta y el adiós por la puerta trasera de Juande Ramos a Inglaterra son dos acontecimientos que han tenido que superar los jugadores del equipo sevillano. Quizás no vale como justificación, ya que tienen una de las mejores plantillas de Europa, pero sí se puede respetar un bajón anímico que les ha hecho estancarse en una posición donde ven desde lejos los puesto de Champions League para el año que viene, y algo más cerca los de UEFA. Plantilla tienen, y ambición, después de ver los últimos partidos, se les intuye. Así que seguramente escalen en este último tramo de campenato. De momento mañana se juegan medio pasaporte para la siguiente fase en tierras otomanas. Terreno hostil como pocos.

No hay excusas - Ya no hay copas áfricas, ni lesiones importantes, ni giras promocionales de cuchillas de afeitar. Ahora ya no hay excusas que valgan para justificar una derrota contra un equipo que a priori es bastante inferior a la plantilla de Frank Rijkaard. De los que suele actuar en la plantilla del primer equipo, sólo Bojan se ha quedado en Barcelona, por lo que Frank Rijkaard se enfrenta a dos dilemas importantes para confeccionar el once titular: elegir entre los tres jugones para ocupar las dos plazas vacantes en el medio campo - la tercera es poco discutible después de que Touré haya vuelto de la copa África - Iniesta, Xavi y Deco; y en el ataque elegir cuál de los mal llamados cuatro fantásticos son los que van a ocupar las tres plazas libres: Henry, Ronaldinho, Eto'o o Messi. Benditos dilemas a los que se enfrenta Rijkaard. El rival es el Celtic de Glasgow, un viejo conocido de los blaugrana; un equipo que no tiene que ponerle problemas a los blaugranas si comparamos el nivel de las dos plantillas. Si comparamos las ganas de ganar, ya es otra cosa. Y me temo que eso es lo que decidirá el partido de mañana y la eliminatoria: las ganas y el coraje de los azulgranas. Necesitan una victoria contundente. Como agua de mayo.