Lionel Messi dijo ayer que "Ronnie sigue siendo la estrella de este equipo". Supongo que Messi no es tonto y que sabe que eso no es así, que él ha heredado el testigo. Supongo que, como no es tonto, sabe que eso es lo que tiene que decir. Ronaldinho acogió a Messi desde que llegó y lo convirtió en su amigo fiel. El argentino lo demuestra cada vez que tiene ocasión, cuando habla con la prensa y cuando está en el campo, donde claramente busca a Ronnie antes que al resto de compañeros en la delantera.
Messi sobrevalora el momento de Ronaldinho, sigue creyendo que es capaz de solventar un partido y de volver a hacer magia como hace un par de años. O quizás no, y por eso le ayuda, por eso le cede siempre el balón, a la espera de que esa chispa vuelva, contra más balones tenga en sus pies más posibilidades hay de que haga algo espectacular.
El sábado Ronaldinho salió tras el descanso para intentar remontar el marcador adverso contra el Sevilla. No hizo demasiado en juego así que su oportunidad llegaba a balón parado, suerte en la que se había mostrado efectivo incluso una vez avanzada la crisis de juego. De hasta cuatro faltas dispuso el brasileño para ilusionar al aficionado: tres lanzamientos a la barrera y uno, que sí superó la barrera, no inquietó en absoluto a Palop.
Tras esta minipretemporada que le han preparado desde el club, tras el apoyo que recibe siempre de parte de sus compañeros y de la directiva que, al menos de puertas afuera, confían en su recuperación, tras los cánticos del Camp Nou que le han reclamado (tanto a él como a Deco) y que le siguen aplaudiendo inicialmente con la esperanza de que en cualquier momento vuelva el verdadero Ronaldinho. Tras todo eso, no cabría más que esperar que Ronaldinho saliera hipermotivado al campo, que luchara todo, que lo intentara todo... pero no es así por mucho que Messi intente hacérnoslo creer.
Messi sobrevalora el momento de Ronaldinho, sigue creyendo que es capaz de solventar un partido y de volver a hacer magia como hace un par de años. O quizás no, y por eso le ayuda, por eso le cede siempre el balón, a la espera de que esa chispa vuelva, contra más balones tenga en sus pies más posibilidades hay de que haga algo espectacular.
El sábado Ronaldinho salió tras el descanso para intentar remontar el marcador adverso contra el Sevilla. No hizo demasiado en juego así que su oportunidad llegaba a balón parado, suerte en la que se había mostrado efectivo incluso una vez avanzada la crisis de juego. De hasta cuatro faltas dispuso el brasileño para ilusionar al aficionado: tres lanzamientos a la barrera y uno, que sí superó la barrera, no inquietó en absoluto a Palop.
Tras esta minipretemporada que le han preparado desde el club, tras el apoyo que recibe siempre de parte de sus compañeros y de la directiva que, al menos de puertas afuera, confían en su recuperación, tras los cánticos del Camp Nou que le han reclamado (tanto a él como a Deco) y que le siguen aplaudiendo inicialmente con la esperanza de que en cualquier momento vuelva el verdadero Ronaldinho. Tras todo eso, no cabría más que esperar que Ronaldinho saliera hipermotivado al campo, que luchara todo, que lo intentara todo... pero no es así por mucho que Messi intente hacérnoslo creer.
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