Siempre he tenido especial devoción por aquellas personas que se comportan de forma fría y cabal en momentos críticos, donde, a la mayoría, nos da por responder de manera temperamental y no siempre acertada. No hay discusión: fríamente es cuando mejor se piensa, se reacciona y se consiguen mejores resultados. Cualquier reacción nerviosa e inconsciente con un final acertado es fruto de la casualidad, ya que se suele elegir la salida más rápida o la primera idea que se nos pasa por la cabeza en plena reacción y hay un porcentaje tremendamente elevado de cometer errores en situaciones que se requiere acierto total.
La crisis en el Fútbol Club Barcelona se acentúa, se hace más crítica si cabe, y en momentos como este es cuando la cabeza se tiene que mantener fría y no cometer errores por reacciones temperamentales. Laporta, me temo, es muy dado a eso. La primera reacción de Laporta después del humillante 4 a 1 en el Santiago Bernabéu, a mi entender fue algo precipitada. No digo que elegir a Pep Guardiola como entrenador del primer equipo sea una decisión errónea, pero sí digo que no era el mejor momento para nombrarlo. Hemos tenido suerte de tener un señor como Frank dirigiendo el vestuario del equipo, otro entrenador pone el grito en el cielo en cuanto se entere de que ya tiene sustituto y que no se cuenta con él. Véase sino, la reacción lógica de Luís Aragonés cuando la federación destapó a los medios de comunicación que el sabio de Hortaleza ya tenía sustituto para después de la Eurocopa. España estuvo apunto de quedarse sin seleccionador meses antes de la competición. Estas decisiones, reitero, son las que acrecientan la crisis.
Ayer el Camp Nou, un público que en ocasiones es demasiado exigente por no poner cualquier otro adjetivo más ofensivo, era un juez implacable que quería poner a cada uno en su sitio. Mientras que a Rijkaard le llovían los aplausos – a la gente le encanta llevar las flores al entierro -, a Laporta y a dos jugadores les recibieron de manera más hostil. Para saber el porqué de la reacción del soci con el presidente Laporta se necesitaría un análisis más exhaustivo, pero para averiguar el comportamiento y el trato que recibieron ayer Samuel Eto’o y Deco sólo se necesita saber una cosa: los dos forzaron una tarjeta amarilla el partido previo al derbi contra el Real Madrid para, por si acaso – recordemos que cuando forzaron esta tarjeta el Madrid todavía no era campeón – no tener que hacer el pasillo al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Estamos de acuerdo en que se portaron como poco profesionales, cobardes y mostraron que si tienen compromiso con el club, aquel día se lo olvidaron en el vestuario.
La situación es crítica, lo primero es saber reconocerlo. Y lo segundo es pensar fríamente y no dejarse llevar por el revuelo, sobre todo los que tienen que sacar la nave a flote, que no son otros que Laporta y su junta directiva. Deben aislarse y no pensar tanto en contentar al socio sino tomar las decisiones que estimen oportunas para volver a ser el equipo que fue. Lo que está claro es que si lo que quieren es un equipo competitivo, y una plantilla completa, Samuel Eto’o y Deco deben estar en él. Siempre y cuando los futbolistas estén comprometidos con el proyecto. Lo que no se puede es condenar a los dos futbolistas, de los mejores del mundo en sus puestos, por un desliz de falta de profesionalidad. Un detalle: Eto’o lleva 15 goles esta temporada. Su número de goles más bajo desde que llegó a Barcelona, pero si echamos un vistazo a la temporada y nos acordamos de la grave lesión y de su mes y algo en la copa África, los 15 goles son una cifra a tener en cuenta. Necesitamos jugadores como éstos para reflotar la nave, y si finalmente no se quedan en Ca’n Barça que sea por su falta de compromiso y por una reacción de la junta fría y cabal, no por contentar al difícil, por llamarlo de manera elegante, público del Camp Nou.
2 comentarios:
Pocos han sido los que en los últimos tiempo han pedido descaradamente la destitución de Rijkaard (aunque sí es cierto que se le han silbado decisiones concretas). Por suerte el socio del Barça ha sabido hacia quien dirigir sus iras y el 90% de ellas han tenido cara y nombre: Joan Laporta. Laporta ha intentado desviar su atención con golpes de timón como la destitución del entrenador y no le ha salido bien. Seguro que antes de que acabe la Liga tenemos algún fichaje de campanillas...
Respecto a Deco y Eto'o...el portugués es de los mejores en su puesto y si se lo propone es imprescindible para el Barça, el problema es que este año no se lo ha propuesto casi nunca. Eto'o es un buen delantero, con el gol entre ceja y ceja, pero se ha demostrado que sin pasadores como Deco o Ronaldinho al 100% no es capaz de sacar el equipo adelante. En ese sentido Henry me parece un jugador más capaz de inventarse un gol él solo que no el camerunés. Así pues, el problema no es tanto de Eto'o como de los que le rodean. Luego extradeportivamente es otro tema. Txiki y su equipo deberían saber qué es lo mejor.
Una decisión fría es echarlos a los dos a la calle por falta de compromiso y para hacer caja para un nuevo proyecto. El escudo del Barça es más grande que dos jugadores y no debe bajarse los pantalones ante faltas de profesionalidad por muy buenos que éstos sean. Sin Deco y Eto´o también hay paraiso. ¿Aguantaría o aguantará un temperamental Guardiola las niñatadas del camerunés ?
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