lunes, 19 de mayo de 2008

De la gloria al infierno en 38 jornadas

Empezaba la temporada de su 75 aniversario el Zaragoza con mucha ilusión. Una temporada 2006-2007 en que se acertó con los fichajes y se alcanzó la UEFA con un fútbol admirado por todos bajo la batuta de Víctor Fernández sumada a unos ilusionantes fichajes como Ayala, Matuzalem u Oliveira hacían que toda la afición maña soñara con al menos repetir la UEFA, cuando no soñar con la Champions League.

Pero todo fue de mal en peor. Eliminados a las primeras de cambio en la UEFA, un inicio desolador de Liga y muchos problemas internos en el vestuario con jugadores como D'Alessandro cuestionando la autoridad del entrenador dieron con un carisis que se llevó por delante tanto al jugador argentino (traspasado a San Lorenzo de Almagro) como al entrenador, destituido antes de que acabe el 2007. Había tiempo para la reacción, quedaban muchas jornadas por delante y la situación, aunque preocupante, no era todavía desesperada. Se asciende al ex-jugador blanquillo Garitano de entrenador de juveniles a entrenador del primer equipo. No llega a dirigir ni un solo partido. Dimite a la semana en circunstancias poco claras, aunque parece dar a entender que ese vestuario es ingobernable. Llega Irureta, un entrenador con un perfil completamente contrario al de Garitano, con muchísima experiencia en Primera. Apenas dura 7 partidos. Deja al equipo situado en la tabla peor de lo que estaba y en una situación que ahora sí, ya es desesperada.

Para intentar salvar al equipo en una temporada que ya se da por buena manteniéndose en Primera llega Manolo Villanova que, al final, ha sido incapaz de salvar al equipo. En una última joranada de infarto en que sólo valía la victoria al Zaragoza en campo del Mallorca, el equipo pierde 3-2 con un par de errores propios de la tensión y fiel reflejo de la temporada entera del equipo. Así pues, el Zaragoza se va a la división de plata del fútbol español. Comienza su, como poco, añito en el infierno.

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