jueves, 28 de febrero de 2008

Riquelme, mejor jugador de la historia de Boca Juniors



Fue el culebrón del principio de temporada: después de ser apartado de la plantilla del primer equipo del Villareal por motivos extra deportivos y no llegar a un acuerdo con el Atlético de Madrid que parecía tener todo hecho para fichar a Juan Román Riquelme, el 10 argentino volvió a su casa, a la de toda la vida, a la que muchos piensan que jamás tuvo que abandonar: Boca Juniors. La idea de Román era clara, acabaría sus días como futbolista en el conjunto xeneize, pero quizás se adelantaron las previsiones después de los rifirafes entre el argentino y el cuerpo técnico del conjunto castellonense. Pero volvió, y de qué manera volvió. Con un ritmo físico europeo Román se pasea por las canchas argentinas como perro por su casa, sus pases siguen siendo imparables y decisivos y gracias a ellos Boca Juniors se asemeja sin llegar a ese equipo temible que Román lideró junto a nombres míticos como Palermo, Barros Schelotto o el Chelo Delgado. Jamás olvidaré a ese equipo, como jamás olvidaré el partido que encumbró a Riquelme como un astro mundial en la final de la intercontinental que Boca Juniors arrebató en Japón al Real Madrid con dos goles de Martín Palermo. Este último, por cierto, nombrado injustamente como el mejor jugador de aquel partido.

Argentina, con una tradición futbolera comparable con muy pocos paises, idolatra a sus ídolos tanto como los odia cuando éstos se lo merecen. Pero esto es sinónimo de que el fútbol allá es lo más importante para un país que política y económicamente sufrió y sufre más de lo que sus ciudadanos se merecen. El año 1978 es un claro ejemplo de ello: el país olvidó durante unos días lo que sería el inicio de la etapa más negra del país Argentino, cuando el equipo de Mario Kempes alzó el título de campeón del mundo y los ciudadanos pudieron olvidar la dura y sangrienta dictadura que les gobernaba. Igual pasó cuando Argentina consiguió el mundial de 1986, en plena guerra de las Malvinas con aquel famoso partido contra Inglaterra que salió de los límites deportivos para convertirse en un orgullo nacional por eliminar a los ingleses contra los que lucharon en aquella guerra. Allí el fútbol es algo más que un deporte, para muchos es fundamental para sus vidas y en ocasiones se digiere mal este sentimiento trasformándolo en violencia y odio. Es terrible pero sólo es anecdótico. Algunos descerebrados no pueden manchar la historia y la tradición de un pueblo que ama el fútbol tanto como a ellos mismos y que los acontecimiento más importantes de sus vidas son aquellos en que ven a Mario Kempes levantando la copa del mundo en su país en 1978 o ver a Maradona en el país azteca haciendo lo mismo 8 años después.

Y es por eso que cuando he leído la noticia he sentido una honda y grata satisfación: Juan Román Riquelme ha sido elegido el mejor jugador de la historia de Boca Juniors. Para algunos suena excesivo, e incluso para mí lo es. Soy seguidor y fan del 10 desde sus últimas temporadas en Boca Juniors, mucho antes de que diera el salto a Europa a fichar por el Fútbol Club Barcelona. Fichaje que propició que mi afición por sus pisadas de balón y sus pases casi imposibles aumentara. Entristecí cuando supe que Román no tenía cabida en el equipo del recién llegado Frank Rijkaard, pero me aficioné al Villareal y viví los partidos del conjunto de Pellegrini en la Champions con euforía. Hasta que aquel fatídico penalti que falló Riquelme en el último momento acabó con el sueño de una pequeña ciudad, de un equipo tan modesto como ambicioso, y con la esperanza de que Riquelme demostrase a Europa todo lo que vale. Para algunos lo consiguió, para otros no, pero lo que está claro es que en el país donde le han visto nacer, en la ciudad donde vieron darle las primeras patadas al balón y en el equipo que lleva en la sangre y que lo convirtió en lo que es, sí se lo han valorado.

Un jugador como él, criticado hasta la saciedad, que sabe que el fútbol no es más importante que su felicidad y la de su familia, que quiso abandonar la selección argentina para que su familia no fuese víctima de sus críticas. Un jugador que ha jugado en el equipo argentino más laureado, que ha visto enfundarse esa camiseta a jugadores de la talla de Diego Armando Maradona, Palermo, Tévez o Delgado. Un jugador como Juan Román Riqulme en cualquier otro país no se le valoraría aunque sea un jugador capaz de hacer levantar a la Bombonera con un toque suave y sencillo balón. Pero en Argentina no. Argentina es así. Elegido por los hinchas como mejor jugador de la historia de Boca Juniors. Por encima incluso de Maradona. Tremendo.


Enhorabuena Román

1 comentario:

Anónimo dijo...

soy fanatico de riquelme pero decir qe es el mejor jugador de la historia de boca, habiendo jugado maradona en boca, es una exageracion!